San Valentín es el intento de la Iglesia Católica de poner fin a un popular rito pagano para la fertilidad. Desde el siglo IV a.C. los romanos rendían homenaje, con un único ritual anual, al dios Lupercus. Los nombres de las mujeres y de los hombres que adoraban a esta divinidad se mezclaban en el interior de una urna y un niño era el encargado de extraer los nombres del receptáculo, y las parejas así formadas debían vivir por un año entero juntos hasta que el ritual de la fertilidad concluyese. El año sucesivo se volvía a empezar con nuevas parejas.
Determinados a poner fin a esta práctica pagana, los padres precursores de la Iglesia han elegido a un “santo” de los enamorados para sustituir el deletéreo Lupercus. Por lo que encontraron un probable candidato en Valentín, un obispo caído mártir unos doscientos años antes.
Tras quitar el entusiasmo y el romanticismo a esta celebración, sin querer!, queremos atraer el cariño de aquellos más apasionados y disculparnos despidiéndonos aportando una noticia de la más románticas de las ciudades: Paris. Aquí, en Montmartre han dedicado un muro entero a los enamorados. “Te quiero” escrito en todos los idiomas del mundo. Un muro de frases de amor en una superficie de 40 metros cuadrados, por un total de 612 azulejos de lava esmaltados.
Feliz San Valentín!
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