Esto
es debido a la particular estructura anatómica que presentan estos animales (o
los équido en general). Básicamente, el estomago de estos herbívoros es adapto
para recibir el alimento, pero no a regurgitarlo (como es el caso de los
carnívoros), excepto en casos de enfermedades muy graves. Los caballos
presentan un característico velo del paladar que les impide devolver por la
boca, por lo tanto el material gastrico pasaría por la mucosa nasal hacia el
exterior, con consecuentes lesiones a dicha mucosa además de polminitis ab
ingestis. Por esta razón, la musculatura lisa del ultimo tracto del esófago les
impide tener este tipo de reflejo. Otra estructura peculiar que entra en juego
es el cardias (válvula que pone en comunicación el esófago y el estomago, en
mamíferos). En estos animales es muy potente y casi nunca permite el flujo
inverso del alimento, impidiendo, por lo tanto, el vomito.
El hecho de que al caballo le sea imposible
devolver, es causa de frecuentes cólicas, que a veces llegan a ser mortales.
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